La vida parece más fácil en una librería. Todo parece resolverse ahí. De igual manera es posible encontrar respuestas a los planteamientos filosóficos mas profundos como soluciones a problemas prácticos de la vida diaria. Todo conserva un orden que encaja bien con el modo de pensar en el que nos han adoctrinado: clasifica esto, clasifica aquello, etiqueta esto, etiqueta aquello.Pero a pesar de esta homogeneidad, los rasgos heterogéneos saltan a la vista: diferencia de precios, tamaño, calidad, contenido, ilustraciones, portadas, popularidad, etc.Y el toque sublime, genial, casi diría mágico, es que en esos lugares invariablemente escuchamos música clásica o jazz: Mis género favoritos :)He pensado que para ser un buen librero tendría que pasar bastante tiempo metido en en este negocio. Tendría que estar embebido en precios, editoriales, autores, preferencias, tendencias, etc.A decir verdad, a mí me habría gustado ser hijo de un librero o haberme involucrado en este mundo desde jovencito. Esa no fue mi historia. Pero no importa. Sé que con mi capacidad analítica, mi talento administrativo y mi amor por la literatura algún día podre aportar algo al mundo de los libros (Y si de paso puedo hacerme rico, pues que mejor... Jojo)El futuro será interesante.