viernes, 19 de septiembre de 2014
Conjuro
Hoy lanzo el conjuro del bosque: Los cielos van a saltar suavemente, ordenando el inmenso tapete de hojarasca, deslizarán leves sonrisas de esplendor al interior de cada rama. El agua vivirá, morirá y volverá a vivir, pero nada será igual a su paso, excepto las canciones de trovadores que inciden en los mismos puntos que incidieron los druidas, monjes, filósofos, vagabundos: Todos ellos tenían un lamento y un sí y un cuando, un silbido que causaba lluvias diamantinas en helados mundos de piedras miniatura. Vamos a dejarlos que leviten, dijeron algunos, como errantes distorsiones magnéticas, siempre felices. Hoy quedara plasmado ese sueño conjurado: Siempre verde, siempre altivo, siempre bosque de rotundos cabellos, siempre notas de maderas, cellos, sonidos crepusculares y gozosos, tiranos de la mañana, infalibles movimientos perpetuos. Hoy el bosque me conjura: Estoy ahí. Soy yo.
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